miércoles, 9 de noviembre de 2011

El Arte de Volar



La semana pasada hablaba de cómo el cómic tiene el potencial de ir más allá de los lugares comunes a los que nos ha acostumbrado. Con esto en mente, quiero presentar, en la que es propiamente la primera columna de GuidoVox una obra que, en un medio que se ha caracterizado por la fantasía y el escapismo, nos presenta una historia brutalmente real. Me refiero a El Arte de Volar, de Antonio Altarriba y Kim.

El libro, editado en 2009, nos cuenta la historia de Antonio Altarriba Lope, padre del guionista, quien en 2001 se suicidó a sus noventa años, al tirarse por la ventana del cuarto piso del asilo en el que vivía. El autor se atribuye la autoridad para reconstruir la historia de su padre porque, como él mismo menciona en la narración del cómic: “Soy el único que puede saber cómo lo hizo… porque, aunque no estaba allí, estaba en él… Siempre he estado en él porque un padre está hecho de sus hijos posibles… y yo soy el único hijo que le fue posible a mi padre…”

Por si el contexto de la obra no fuera lo suficientemente fuerte, el retrato en sí es devastador. El Arte de Volar nos presenta la historia de un hombre que lucha por alcanzar su libertad, por sentirse pleno; pero que, si bien encuentra algunos chispazos de felicidad en el camino, se ve engullido por un mundo en el que no hay más cabida que para la mediocridad del espíritu.

Altarriba no idealiza a su padre. Al contrario, éste se trata de un retrato humano, de un hombre que no es un héroe ni un villano, es simplemente un apersona tratando de sobrevivir, como cualquiera de nosotros. Esto le da una dimensión más impactante a la obra. En Antonio padre, cuya vida abarcó prácticamente todo el siglo XX, se ve reflejada de una España que luchó por sus ideales, y que sobrevivió para verlos aplastados por otra España: la de Franco. Su entumecimiento es el de un pueblo que paso por el trance de luchar a muerte contra su propio hermano. Y en su suicidio se ve el último esfuerzo de ese hombre por recuperar su individualidad.

No quiero terminar sin mencionar el trabajo gráfico de Kim en la obra. El suyo no es un estilo que vaya a resultar impactante a primera vista, y esa es su principal fortaleza. La aparente sencillez de su estilo gráfico y narrativo, aunado a su impecable ojo para los detalles, cumple a la perfección la función de sumergirnos en la obra sin que nos demos cuenta. Si el guión de Altarriba recrea para nosotros el universo de un hombre, al arte de Kim nos introduce de lleno.

El Arte de Volar es la historia de un hombre, la Historia de un Pueblo. Es una obra personal, emocional y demoledora. Ante todo, es una obra maestra del cómic.


GuidoVox fuera/

El Arte de Volar es editado por Edicions de Ponent

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